Traen recuerdos de otros tiempos, en los que una suerte mejor me conoció.

Esos ojos sin duda son los suyos; más cargados de nostalgia, quizás, más oscuros.
Estás casi igual, tan hermoso como entonces, quizás más.

Sigues pareciendo el chico más triste de la ciudad.

Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores.
No, no teníamos nada.
Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú.
Nunca, nunca es tarde.

Quisiera recordarte, que antes de rendirnos fuimos eternos.




¿Cuanto más tendremos que esperar, mi chico de ojos tristes?

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