Una noche cualquiera.

Me voy a inventar un beso, en un día cualquiera, en la esquina de esa calle que aún no conozco, en un momento en que no me lo espere. Te vas a atrever a besarme, da igual si tu tampoco lo esperabas, si jamás puedas recordar que lo hiciste, por un segundo, o diez. Esta noche me invento todo ese amor que no va a ninguna parte, voy a jugar a mi antojo con las cosas que no pueden, que no deben ser. Voy a soñar contigo. Y si mañana no lo prefiero te dejo, y tu no intuyes que por momentos fuiste tu, solo tu. Y al segundo siguiente, ya no recordaba quien era, pero no me importaba, estabas tú ya.

1 comentario:

Marcelo dijo...

los besos inventados saben muy bien