Y son las seis y media de la mañana, y te das cuenta que tu cartera (con todo lo que ella contenía: dos pares de zapatos, tu celular, tu billetera/dinero, tu tapado, tu jean, todo tu maquillaje, los cigarrettes, las LLAVES de TU casa) no está donde la dejaste, y se la llevo anda a saber quien, y estas a 6 kilómetros de tu casa.
Pero, no importa, porque tenes una felicidad infinita. Una felicidad efímera pero que te va a durar todo el bendito día.
Porque después de todo, y a pesar de todo, vos ya sabes cual es la mejor forma de empezar tus mañanas. Y esta, no fue la excepción.
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